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Cuando se habla de la leyenda del Dorado se desconoce lo que significaba el ORO, MYIA para esta grandiosa civilización:

Representaba la luz del Sol, el conocimiento….. El Sol a su vez producía el oro con su sudor, no tenía el valor monetario que las civilizaciones occidentales le daban, remite si, al trabajo, al sudor que figurativamente representa el recorrido del sol por la eclíptica o ABA según la Mhuysqhubun y cómo en su trayecto forjaba todo a su paso, como el herrero que forjaba al fuego los metales, entregando a su paso, conocimiento, energía, vibración, frecuencia y Luz.

La historia que nos han contado desde las crónicas de la Conquista no es realmente la leyenda que cuentan hoy las comunidades Mhuysqas.

 

El área que fue ocupada por el pueblo Mhuysqa es mucho más extensa de lo que se muestra en el mapa publicado como “Territorio de los Muiscas a la llegada de los españoles” debido a que esta delimitación geográfica se hizo exclusivamente con los poblados que fueron mencionados por los Cronistas de la Conquista. Los indígenas trataron de esconder los lugares sagrados a los sacerdotes católicos que perseguían sus santuarios.

Cuando el GuataBita se untaba todo el cuerpo en polvo de oro, asumía que su tarea implicaba adaptarse o mejor rendirse pasivamente a los cambios o transformaciones permanentes y aceptarlas para que cada una de las células de su cuerpo se convirtiera en Luz, Consciencia, Trabajo coherente y ordenado como lo realizaron los creadores de mundo que están en el centro del ABOS o cosmos.

 

Para ellos todo es un perpetuo Cambio